martes, 13 de mayo de 2008

Urgente- la extradición de los jefes paras, camino a la impunidad



Por: Roberto Romero May. 13, 2008 at 1:00 PM
En uno de los hechos más graves hacia la total impunidad de los crímenes paramilitares, el gobierno de Uribe decidió extraditar a Estados Unidos 14 jefes de las AUC y tiene en salmuera a otros tantos.

En uno de los hechos más graves hacia la total impunidad de los crímenes paramilitares, el gobierno de Uribe decidió extraditar a Estados Unidos 14 jefes de las AUC y tiene en salmuera a otros tantos. Pasada la medianoche del martes 13, fueron reunidos en la base militar de Catam en Bogotá, los más connotados líderes paramilitares como “Mancuso”,” Don Berna”, “Jorge 40” después de traerlos de la cárceles de Itaguí, La Picota y Barranquilla.

Sin duda, se trata de la más grande maniobra distractora de la Casa de Nariño en el caso que la agobia de la parapolítica.

Todos los implicados tenían la obligación en el proceso de Justicia y Paz, confesar los crímenes de lesa humanidad y reparar a las víctimas. Pero también eran piezas claves en el curso de las investigaciones que lleva a cabo la Corte Suprema de Justicia contra más de 60 parlamentarios inmersos en el escándalo de la vinculaciones de políticos ligados a Uribe, 34 de ellos detenidos.

Además, según varios de los abogados consultados en la madrugada por el espectador.com, con la extradición se obstruye el proceso de Justicia y Paz, pues precisamente ahora los líderes paramilitares desmovilizados estaban comenzando a revelar la colaboración que miembros del Ejército les prestaron en sus operaciones. Apenas una semana atrás, alías ”Don Berna” reconoció la participación de sus hombres en la masacre de los miembros de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, entre cuyos autores, admitió el jefe paramilitar, estaban varios militares activos.

Igual Hernán Hernández, alias H.H., quien fue integrante de los bloques Calima y Bananero de las Auc, admitió la participación de miembros del Ejército en varias de sus operaciones. Uno de los argumentos del gobierno para tomar tan grave medida que golpea en primer lugar a las miles de víctimas de los crímenes paramilitares, es que los responsables no estaban confesando sus delitos y menos reparando a los sobrevivientes.

Sin embargo, ahora en manos de las Cortes norteamericanas, donde deben responde por narcotráfico exclusivamente, los jefes paramilitares no se autoincriminaran sabiendo que les esperan penas que rayan con la cadena perpetua y menos si por ello no van a obtener beneficios judiciales.

Estamos, pues, ante la confirmación plena de la total pérdida de la soberanía nacional en detrimento de los intereses más altos de la nación, que pierde así su derecho a la justicia, a la verdad y a la reparación mientras se aleja el castigo a los culpables y sus cómplices de los peores crímenes contra el pueblo.

Las implicaciones de la medida aun están por venir. Quién sabe si algunos jefes paramilitares decidan, en su infinito odio a quienes los abandonaron, pongan el ventilador y salpiquen a las más altas autoridades nacionales. Los gritos destemplados de “Jorge 40”, cuando encadenado en cuello y manos, se disponía a abordar la nave de la DEA de “nos traicionaron…h.p” y ofensas impublicables a Uribe, como seña El espectador, pueden ser el primer anuncio.

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