Ellos no tienen Facebook, es más, no tienen un computador, ni facilidades de pagar por, su uso. Tampoco son amigos de directores de medios masivos de comunicación que utilizando su poder, organicen grandes campañas de solidaridad.
A pesar de ser más de tres millones, ninguno tiene contacto con artistas, o músicos que los apoyen, o que canten en sus eventos totalmente gratis. No tienen dinero para mandar hacer camisetas, afiches o cualquier tipo de souvenir. Lo primero para ellos es conseguirse la alimentación diaria.
La prensa no los determina, a menos que sobre ellos se refiera el ministro de Agricultura, y eso, para decir que la tierra que dejaron es de otros. Su opinión no importa.
Las emisoras de radio, aún las más pequeñas, no les interesa el tema. La ciudadanía colombiana otorgada por Uribe a Miguel Bosé les importa más.
Los noticieros de televisión no tienen espacio. La farándula y los deportes son lo principal, sobre todo, cuando se trata de cubrir todo con un manto de impunidad.
2 de la tarde desde el Parque Nacional. Se espera que sean mil, pero la verdad no se sabe, porque todo depende si consiguen plata para coger el bus y venirse hasta el centro a luchar por sus derechos.
No tendrán la gran tarima, ni el mejor sonido en la Plaza de Bolívar, pero aún así están dispuestos a salir, no sólo a marchar, sino a encontrarse en otros espacios donde puedan expresarse, seguir organizándose para continuar exigiendo que el Estado cumpla, con lo que hace 11 años ya, les prometió por medio de la divulgación de la ley 387.
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